En las oficinas centrales de Natracare nos encanta celebrar la menstruación, pero es importante recordar que no todo el mundo tiene el mismo privilegio. Somos libres de expresar nuestro orgullo por la regla porque tenemos acceso a productos menstruales y a servicios sanitarios limpios y seguros. No todo el mundo tiene tanta fortuna. La pobreza menstrual es implacable y debilitante, y cada mes afecta a personas de todo el mundo.
Cuando la mayoría de las personas pensamos en la pobreza menstrual, lo primero que se nos viene a la mente es la falta de recursos económicos para comprar productos para la menstruación, como compresas y tampones. Pero lo que hemos aprendido a través de nuestra larga colaboración con Women Engaged for a Common Future (WECF) es que el problema es mucho más profundo que eso, ya que en algunos países la gente ni siquiera tiene acceso a aseos seguros.
La pobreza menstrual va más allá de los tampones
Si quieres ayudar a eliminar la pobreza durante el periodo, donar productos para el periodo a escuelas, bancos de alimentos u organizaciones como Bloody Good Period es un buen punto de partida. Pero los retos a los que se enfrentan las personas en situación de pobreza durante la menstruación va más allá de la carencia de los productos menstruales. Desde la falta de agua potable y aseos que funcionen, hasta la vergüenza y el acoso que a menudo sufren, la necesidad de productos para el periodo asequibles es, por desgracia, sólo la punta del iceberg.
El acceso a productos gratuitos para la menstruación puede cambiar completamente la vida de las personas que viven en la pobreza. Pero sin acceso a instalaciones higiénicas y agua limpia para cambiar o lavar sus productos de la regla con frecuencia, el miedo a las fugas o a dejarse un tampón puesto durante demasiado tiempo puede aislar a las personas menstruantes de la escuela y de sus comunidades cada mes.
En lugar de aseos, las comunidades más pobres suelen tener letrinas de pozo que permiten poca intimidad, ¡algunas ni siquiera tienen puertas! Estas letrinas suelen estar construidas lejos de las escuelas, lo que significa que los descansos para ir al baño interrumpen el aprendizaje y a veces es peligroso que los estudiantes vayan solos. Estas letrinas de pozo espantan incluso al profesorado: algunas de estas personas evitan beber agua por las mañanas para no tener que ir al baño. Tener la regla ya es bastante duro, pero imagínate que tu baño consistiera en un agujero en el suelo y un cubo de agua fría en un suelo embarrado para lavarte.
Además, en los lugares en los que falta educación sobre la menstruación, los tabúes se imponen en las comunidades con el paso del tiempo, lo que significa que las personas menstruantes son condenadas al ostracismo cada mes por la vergüenza que sienten al tener la regla, un proceso perfectamente natural.
Nuestro trabajo con WECF
La pobreza menstrual roba tiempo y oportunidades a muchas personas en todo el mundo. Queríamos hacer algo contra esta injusticia, así que nos unimos a WECF. WECF es una red sin ánimo de lucro que se centra en lograr la igualdad de género y la vida sostenible en todo el mundo. Al hablar con los expertos de WECF, quedó claro que dos de las mayores necesidades de las personas que viven en la pobreza menstrual eran el saneamiento seguro y la educación.
En colaboración con WECF, financiamos el Proyecto de Saneamiento Escolar Seguro en zonas rurales de Tayikistán y Kirguistán, con el objetivo de paliar los daños causados por la pobreza menstrual en las comunidades.
Una parte fundamental del proyecto fue abordar la falta de saneamiento seguro en las escuelas. Al construir bloques de aseos separados para estudiantes masculinos, femeninos y el profesorado, el proyecto ayudó a proporcionar mucha privacidad. Los bloques también se construyeron junto a los edificios escolares para garantizar un acceso seguro y fácil. Estos aseos cuentan con un sistema sostenible de saneamiento sin agua, cubículos privados con urinarios para los chicos y papeleras y cepillos de limpieza para las chicas, lo que les permite cambiarse los productos menstruales de forma segura en la escuela durante los días que tengan el periodo.
Otro punto clave del proyecto fue educar a las comunidades sobre la menstruación y el saneamiento seguro. Durante el proceso de construcción de los aseos, las comunidades locales, incluidas las personas involucradas en la construcción y el profesorado, recibieron formación sobre los principios del saneamiento sostenible y seguro, y sobre cómo el acceso a aseos limpios repercute en la educación, especialmente cuando se trata de gestionar la menstruación. También se educó a la población estudiantil sobre la importancia de la salud y la higiene en torno a la menstruación, y sobre la igualdad de género y la concienciación sobre los derechos de la mujer.
Un proyecto de cambio
El Proyecto de Saneamiento Escolar Seguro con WECF fue un éxito rotundo: los aseos son cómodos, limpios y seguros. Además, proporcionan abono y compost para el cultivo de alimentos en la zona. Tanto la población estudiantil como el profesorado tienen ahora acceso a un saneamiento limpio y a la intimidad cuando utilizan el baño en la escuela. Esto es especialmente beneficioso para quienes tienen la menstruación, ya que les permite continuar con su educación independientemente del momento del mes.
La educación sobre la higiene, la menstruación y la igualdad de género ayuda a desmantelar el tabú que rodea a la menstruación y la vergüenza y el aislamiento que a menudo sienten las personas que menstrúan durante su periodo. Ahora, las personas que viven en estas zonas no tienen miedo ni vergüenza de ir a la escuela cuando tienen la regla.
La pobreza menstrual sigue existiendo en todo el mundo, incluso en muchos de los países más ricos. Creemos que trabajando juntos para proporcionar saneamiento seguro, concienciación y educación sobre la menstruación, así como productos menstruales asequibles, podemos empezar a provocar un cambio real en las comunidades y en las personas que más lo necesitan.
Conoce las organizaciones con las que colaboramos a través de nuestra afiliación al 1 % for the Planet.