Tras lo que se ha llamado el «efecto Attenborough» y de la creciente conciencia del impacto de los plásticos en el medio ambiente que dicho efecto ha creado, cada vez más son los consumidores que están rechazando los productos con plásticos.
Como es lógico, los consumidores están cambiando a productos libres de plástico, por lo que las empresas están respondiendo, modificando los materiales que usan.
Los supuestos «plásticos ecológicos» aparecen por todas partes, desde los compostables hasta los de origen vegetal, pasando por los biodegradables. Sin embargo, ¿qué son, debemos desecharlos y, no son demasiado buenos para ser verdad?
El plástico, ¿material milagroso o basura peligrosa?
La invención del plástico a finales del siglo XIX se celebró como si se hubiera inventado un material milagroso. Pues, gracias al plástico podemos conservar y transportar alimentos, reducir la propagación de enfermedades y hace posible que el transporte sea más ligero y eficiente en cuanto a combustible.
El problema no es el material en sí sino la forma en que lo utilizamos. Desperdiciamos combustibles fósiles finitos para producir artículos que se utilizan una sola vez, a veces durante unos minutos, o sólo unos segundos.
Cuando estos artículos acaban en el medio ambiente, ya sea en los océanos o en los vertederos, filtran sustancias químicas nocivas y causan más daños a nuestro ecosistema.
No es de extrañar que el plástico ocupe un lugar destacado en la agenda del desarrollo sostenible. Con la creciente presión de los consumidores, los competidores concienciados y los grupos ecologistas, las empresas se afanan en buscar alternativas.
¿Plástico «ecológico»?
¿Has oído hablar de los «bioplásticos»? Aunque suene a ecológico, su significado es bastante ambiguo. Si algún material es bioplástico quiere decir que es:
- de origen vegetal (fabricados total o parcialmente a partir de materia orgánica, por ejemplo, caña de azúcar o almidón de maíz). Estos plásticos no son necesariamente biodegradables; o
- biodegradable (el plástico biodegradable a veces puede estar fabricado totalmente con combustibles fósiles); o
- de origen vegetal y
Es importante que, a medida que avancemos en el uso de alternativas, seamos conscientes de lo que estamos consumiendo y de cómo debemos desecharlo.
Entonces, ¿qué son exactamente los plásticos de origen vegetal?
El plástico de origen vegetal es un tipo de bioplástico que se crea a partir de restos agrícolas, a menudo de maíz, caña de azúcar, trigo o residuos alimentarios. El término «de origen vegetal» se refiere a la fuente del material en sí, no a cómo se comportará el plástico resultante después de ser desechado.
Pero ¡hay una trampa! Sólo el 20% de los ingredientes deben proceder de materiales orgánicos renovables para que un plástico pueda ser etiquetado como «de origen vegetal». Esto significa que el plástico resultante podría seguir siendo no biodegradable y estar fabricado hasta en un 80% con combustibles fósiles.
Una alternativa no muy ecológica después de todo…
Eliminación del plástico de origen vegetal
El plástico de origen vegetal, al igual que todos los demás tipos de plástico, puede diseñarse para que se comporte en el medio ambiente de las siguientes maneras:
Para durar por siempre
El plástico no biodegradable es extremadamente perdurable y dura años. Tanto, que tarda 500 años en degradarse. Incluso después de pasado este tiempo, no desaparece del todo; sólo se descompone en partículas cada vez más pequeñas que permanecen en el medio ambiente. Muchos tipos de plástico no biodegradable son reciclables, como los cartones de leche de plástico, que están hechos de HDPE, o las cestas de fruta, que están hechas de PET.
Para que se biodegrade
Las bacterias u otros organismos vivos pueden descomponer por completo el plástico «biodegradable».
Si un plástico se describe como biodegradable, no significa que se pueda tirar en cualquier sitio. Si se deja en el entorno equivocado, no tendrá la oportunidad de biodegradarse y se comportará de la misma manera que el plástico no biodegradable.
Es conveniente leer la parte posterior del envase para comprobar cómo se pueden eliminar los plásticos biodegradables, ya que hay muchos tipos diferentes y requieren distintas condiciones para biodegradarse.
En caso de duda, déjalo y busca una alternativa si puedes.
Para compostar
El plástico compostable se descompone tanto en un entorno de compostaje doméstico como en condiciones de compostaje industrial. Los únicos plásticos que se pueden compostar son los que han cumplido con una norma industrial (EN 13432) o con una norma de compostaje doméstico como OK Compost.
Algo importante que se debe tener en cuenta: el plástico compostable que está certificado según una norma industrial no se descompone adecuadamente en un entorno de compostaje doméstico.
No se puede añadir plástico compostable o biodegradable a los flujos de reciclaje habituales. Se interrumpirá el proceso de reciclaje y todo el lote se destinará al vertedero.
¿Qué utiliza Natracare?
Todos nuestros protectores diarios y compresas tienen una lámina en la parte posterior hecha de bioplástico para garantizar que no ocurran fugas. También utilizamos el mismo material para envolver de forma individual nuestros protectores diarios y compresas.
El bioplástico que utilizamos procede de los residuos agrícolas de la producción de maíz. El maíz que usamos no es transgénico y se le han eliminado todos los alérgenos. Nuestros productos tienen certificados de compostabilidad de OK Compost para el compostaje doméstico, de suelo e industrial.
La única vez que utilizamos plástico es cuando no hay otra opción disponible. Por ejemplo, nuestros tampones sin aplicador están envueltos en un plástico reciclable. Esto se debe a que los tampones se consideran un producto sanitario y deben protegerse de la humedad y las bacterias, algo que sólo consigue el plástico convencional.
El futuro del plástico
Los plásticos de origen vegetal parecen atractivos a primera vista, pero para no hundirnos más en el agujero de la contaminación global por plásticos, es importante que examinemos cuidadosamente todas las opciones. A medida que crezca la demanda, esperamos que las empresas, los ayuntamientos y los particulares apoyen las opciones que sean mejores para las personas y para el planeta.
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